RUTA CHORRERA CHICA, PARQUE NACIONAL CABAÑEROS
Cascada escondida, bella y tranquila, como si de un delicado perfume se tratara.
En la zona norte del Parque Nacional de Cabañeros es donde la alineación montañosa de los Montes de Toledo tiene su vértice más elevado, el Rocigalgo, con 1.449 metros de altitud. Los senderos que nos llevarán hasta su cima discurren siguiendo el cauce del arroyo del Chorro, con dos singulares caídas de agua que dan nombre a sus dos rutas: la cascada del Chorro y la cascada de la Chorrera Chica.
La ruta a la Chorrera Chica es por tanto la continuación de la ruta del Chorro. De los 900 metros de altitud del mirador de la cascada del Chorro subiremos hasta los 1.100 metros de la Chorrera Chica, este desnivel nos ofrece un cambio de vegetación y flora que modifica y labra un paisaje diferente con características propias de media montaña. Atravesaremos fabulosos canchales, rebollares, cornisas de rocas cuarcíticas de millones de años y bajo su corta vía ferrata repisas con rizaduras de oleaje fosilizadas, cruzianas de trilobites y gusaneras de un pasado marino.
Entramos en el territorio de la cabra montés, de los imponentes ciervos venados y de las majestuosas rapaces.
Oculta, tras un gran paredón rocoso, nos aparecerá la aún más bella segunda cascada del arroyo del Chorro, que a pesar de tener los mismos metros de caída que la primera, recibe el nombre de Chorrera Chica, no queremos desvelar antes de tiempo su porqué…
Precio
- Adultos 20€ (28€ Con traslado en 4×4 desde Hontanar).
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Dificultad: baja
Duración 4,5 horas.
Distancia 12km.
Incluye:
Material óptico (Prismáticos y telescopios)
Guías de campo/consulta (flora y fauna)
Seguros RC y AA
Si deseas más información sobre las fechas de las salidas y condiciones, envía formulario.
¿Sabías que… ?
La Cabra Montés (Capra pyrenaica victoriae) que nos encontramos aquí, es la subespecie autóctona –victoriae- de las sierras del centro peninsular y fundamentalmente de la Sierra de Gredos desaparecida al final del siglo XIX y reintroducida en Los Montes de Toledo por el hombre al haber desaparecido las poblaciones autóctonas.
Compartimos un pequeño detalle de los Cuadernos de Campo del Dr. Félix Rodríguez de la Fuente:
“Elequipo de la Cabra Montesa”:
Pezuñas: Cuando vemos a una Cabra remontar paredes casi verticales, hemos de reconocer que sus especiales pezuñas cumplen, tal vez, el más importante papel en la vida de estos rumiantes. La pezuña es dilatable y su áspera suela constituye un auténtico antiderrapante. Los duros bordes exteriores se clavan en los más estrechos salientes. Se renueva constantemente. Caminan, eso sí, relativamente mal por la nieve. En los descensos se frena con la ayuda de la suela y las falsas pezuñas; en el ascenso clava las puntas y el borde de ellas.
Cuerna: La cuerna de los machos, masiva e imponente, sirve para las luchas intraespecíficas, es decir, para saber quién es el más fuerte dentro de su especie; su papel en la defensa resulta mínimo.
La cuerna de las hembras, corta y recta, puede, cuando éstas bajan la cabeza, convertirse en auténticos pitones que se clavan en el cuerpo del enemigo. Es, pues, útil para la defensa de los predadores.